El Regreso del Béisbol Infantil de Bayamón con Mascarillas y sin Frituras en Medio de la Pandemia

La lluvia copiosa que cayó en zonas de Bayamón durante la tarde y noche del viernes, amenazaba con aguar los planes de jugar béisbol. Al amanecer del sábado había preocupación. No hubiera sido una suspensión como otras del pasado. En esta ocasión, cancelar hubiera tenido un efecto desalentador.

Después de un año sin tirarse al terreno a jugar un partido formal por culpa de la pandemia, no se podía esperar ni un segundo más. Mas el sol entró en escena. Ordenó a la lluvia a salir del juego, y enseguida cantó playball.

Fue el panorama este sábado desde horas de la mañana en el Parque Deportivo de Rexville, uno de varios alrededor de la isla que está reanudando la actividad competitiva de la Little League de Puerto Rico desde el pasado 20 de marzo. Y específicamente la región de Bayamón, que consta de cuatro ligas locales, abrió la acción con dos partidos en la categoría de 11-12 años en el parque de Rexville, con los locales Panthers recibiendo a los Tigers de Toa Baja a primera hora.

A segunda hora Toa Baja chocaría contra Vega Baja, y en el último turno los locales Panthers de Rexville se medirían a los vegabajeños. En medio de una pandemia el regreso al terreno fue uno muy distinto. Todos los presentes debían cumplir con los protocolos establecidos para evitar contagios de COVID-19: llegaban con mascarillas y se les tomaba la temperatura a su
entrada.

Y las reglas también impactaban a los participantes: el uso de mascarillas en los ‘dugouts’, aunque algunos de ellos también optaron por usarla dentro del diamante. Fue así que las gradas volvieron a cobrar vida tras 12 largos meses de silencio. Aplausos y vítores, aunque en mucha menor intensidad que en el pasado, se escucharon con cada batazo y cada carrera anotada por los locales Panthers, en la victoria 14-2 en tres entradas y media sobre los Tigers. “Cuando comenzaron a permitir las prácticas con ocho jugadores en el ‘infield’ y ocho en el ‘outfield’, para ellos en el béisbol como que todo empezó a volver a la normalidad.

Eso fue como en enero. No hace mucho. Pero llegó un momento en que decíamos ‘vamos al parque a practicar’, y ellos decían ‘otra vez’”, dijo dramatizando el desánimo de los niños, el dirigente de los Panthers de Rexville, Félix Maldonado, cuyo hijo Derek Maldonado juega como segunda base. “Hasta que por fin dieron el permiso de comenzar las competencias hace como dos semanas”.

Listos a pesar de la falta de juego
Con su ofensiva, los bayamoneses demostraron estar más que listos y ansiosos por jugar. El lenguaje corporal de los chicos preadolescentes, no reflejaba mayor diferencia por el hecho de haber estado faltos de actividad física durante tanto tiempo. Cuando la ‘lluvia’ de casos de COVID-19 comenzó a caer en la isla en marzo de 2020, el béisbol se paralizó justo en pleno torneo que había iniciado como siempre en enero.

Ya de regreso al parque, este sábado, los niños parecían haber dejado atrás la ansiedad por volver. Dentro de las líneas del diamante, lucieron como en cualquier otro partido más, aunque con una diferencia obvia. Ahora no solo utilizan gorra, guante, ganchos y el uniforme… también llevan mascarillas para seguir las normas de seguridad contra el COVID-19. Pero solo necesitaban que se cantara ‘playball’. Ellos se encargarían del resto.

“Ha sido un poquito extraño entrar después de una pandemia en un deporte… los ajustes que hay que hacer para evitar contagios en los niños, adultos, encargados. Ha sido una experiencia bien diferente”, dijo Edmin Torres, padre del lanzador del equipo, del mismo nombre. Torres, padre, ataviado con la misma camiseta del uniforme del equipo, dijo que la actitud de los niños ha sido tal vez distinta a la de los progenitores.

“A ellos les encanta llegar al parque. Ellos no piensan que existe un virus. Siguen las instrucciones de nosotros, pero a ellos, les encanta jugar”. Edmin admitió incluso que pensaba que el partido se iba a suspender por la lluvia del viernes, y así se lo hizo saber a su hijo en la mañana antes de salir del hogar. Pero el ‘Junior’ no se conformó. “Él me levantó a mí. Porque como llovió ayer, yo tenía duda de que hubiese juego hoy. Le dije (el viernes), ‘papi, creo que no hay juego mañana’. Pero él comoquiera se levantó y me dijo, ‘chequea tu celular a ver si te han escrito’. El juego empezaba a las 10:00 a.m., y a las 8:00 ya él estaba vestido”, dijo Torres.

Había preocupación en los padres
“El nene estaba encerrado jugando Playstation, extrañando los amiguitos; esa interacción entre niños. Me preocupaba la salud mental y física del nene, porque todo el día jugando Playstation… la única interacción que tenía era con los niños que jugaba ‘online’”.

Como parte de la acción del día, Derek Martínez conectó un largo batazo elevado que llevó la bola hasta lo profundo del jardín derecho, trayendo tres carreras al plato para despegar a los suyos 13-2, sentenciando casi el partido en la parte baja del tercer episodio. Una carrera más entró al ‘home’, y cuando su equipo asumió la defensa en la parte alta de la cuarta entrada, el propio Martínez detuvo con su guante, gracias a un rápido movimiento, un centellazo que llevaba etiqueta de hit pegado a la línea de primera. Atrapó la bola, pisó la base. Out sin asistencia.
Nada de mucha celebración. Dos outs más tarde el partido inicial de la jornada concluyó antes de lo previsto por la regla del nocaut. En esta categoría los partidos duran seis innings o dos horas, lo que ocurra primero. Y durante el tiempo que duró el partido, que se aproximó a las dos horas a pesar de que no llegó a seis innings, los niños nunca se quitaron sus mascarillas, a pesar de que tienen permitido hacerlo dentro de las líneas de juego.

Solo deben usarla obligatoriamente mientras están juntos fuera de las líneas, ya sea en el dugout o las carpas que se habilitaron durante el partido para asegurar el distanciamiento.

Terminado el primer juego, los chicos del equipo local simplemente recogieron sus pertenencias, incluyendo bultos con sus bates y guantes, y salieron fuera del terreno hacia sus hogares para un receso para almorzar. Tras la pausa, mientras se desarrollaba el otro partido entre los equipos de Toa Baja y Vega Baja, los miembros de los Panthers comenzaron a llegar de nuevo. Caminaron por los alrededores del Parque Deportivo de Rexville, algunos se deslizaron por unas pequeñas pendientes de las áreas verdes, y luego compartieron un tiempo juntos en la
cancha aledaña, siempre con sus mascarillas o cubrebocas color negro en juego con su uniforme blanco con detalles naranja y negro.

Vida en las gradas; faltan las frituras
Fuera de las líneas, en las áreas alrededor de las gradas, las sillitas de playa eran la orden del día. Los protocolos de seguridad contra el COVID permiten un límite de 50 espectadores, al menos en el caso del Parque Deportivo de Rexville, pero deben estar distanciados. Por eso las gradas, ya no lucen como en el pasado, cuando se atestaban de padres, tíos, abuelos y amigos de los jugadores que iban en masa a apoyar a los suyos.

A la entrada en el parque, cada visitante debe registrarse con su nombre y número telefónico, tomarse la temperatura y aplicarse desinfectante de manos. Además los asistentes en la mesa de registro colocaron una banda color rojo para certificar que la persona pasó por el punto de cotejo. El olor típico a las frituras no llegó al juego. Zilkia Rivera, administradora del Distrito
6 de Little League, explicó que por el protocolo de seguridad, las cantinas de los parques no están funcionando y los padres deben llevar desde sus hogares los alimentos que consumirán sus niños entre juegos.

“Al principio había un poco de temor, pero al ver que se estaban siguiendo tantas restricciones, pues eso le quitó el temor a los papás. Recuerda que están deseosos de regresar al parque, pero siempre hay un temor. Pero al ver que se van a seguir todas las indicaciones, mira, no faltó ni un nene”, expresó Rivera recordando que previo a reactivarse la actividad competitiva, ya llevaban unos meses realizando prácticas en las que, además de ensayar lo deportivo en el campo de juego, también se repasaba el protocolo de seguridad.

Y como medida adicional antes de que arrancara el torneo, se le exigió a los padres y encargados de las distintas ligas, realizarse las pruebas para detectar o descartar el contagio con el virus.
Típico de niños de estas edades, pero quizás más acentuado por el hecho de que estuvieron tanto tiempo sin compartir con sus amigos, lucían distraídos por momentos. Mientras algunos conversaban en pleno juego sobre el recorte de cabello de uno de ellos, uno de los coaches tuvo que acercarse mientras los Panthers estaban en su turno ofensivo. “Fulanito, te toca batear”.

Extrañaban compartir con los amigos
En el terreno nunca dejaron de hacer su trabajo, pero bajo la carpa había que ponerse al día con los panas. “Extrañaba compartir con los amigos… y en este equipo creé nuevos”, dijo por su lado Edmin, Jr., quien expresó que del juego extrañaba batear, aunque también es lanzador. “Sí, sí (extrañaba venir a jugar) para poder ver a mis amigos y jugar de nuevo. Poder venir aquí al parque y jugar, batear y coger rolas”, señaló el campocorto Carlos Yadiel Arroyo.

El de Rexville fue solo uno de los 15 estadios entre el área norte y la zona metropolitana que se activaron este sábado con un impacto de 35 a 40 equipos entre las edades de 5-6 años hasta 15-16 según Carlos Pagán, presidente de la Little League de Puerto Rico. Pero la acción tras un año de paro forzoso por el COVID-19 comenzó el pasado sábado con unos 40 equipos del área sureste, que entraron al terreno en parques de Guayama, Patillas, Arroyo, Salinas y Cayey.

Fueron largos meses de espera, aunque ya desde el año pasado habían comenzado a entrenar de manera limitada con el equipo dividido en dos grupos mientras se iban flexibilizando las medidas de seguridad por parte de las autoridades gubernamentales. Este fin de semana entraron en escena equipos en Bayamón, Manatí, Vega Baja, Barceloneta, Cataño, Carolina y San Juan. Más adelante, paulatinamente se reanudarán las competencias en las categorías de 3-4 años, así como en las ligas de sóftbol, y las divisiones Sub-18 y Sub-23 de béisbol que se espera arranquen para el 10 de abril, dijo Pagán.

Fuente: elnuevodia.com / 27 de marzo de 2021. Editado.