El estacionamiento del estadio Juan Ramón Loubriel, en Bayamón se convirtió en un oasis para los residentes de este municipio – y de otros pueblos vecinos – que todavía no tienen el servicio de agua potable.
Ayer, cientos de carros hacían otra de las tantas filas que ya son la orden del día luego de María, esta para llenar sus candungos, cubos y botellones con agua potable.
Julio Vázquez dijo que esperó una hora y media para llenar suficientes galones como para llenar el baúl de su carro con agua potable. “Creo que nos puede durar dos días más o menos. Teníamos agua. Teníamos cisterna, pero nos las llevó el huracán”, dijo Vázquez. “Estábamos preparados, pero esto se hizo más grande de lo que esperábamos”.
En este oasis se ubican unos siete camiones con agua potable y no potable entre las 9:00 a.m. a 5:00 p.m.
Fuente: El Vocero / 29 de septiembre de 2017.