Los gritos hacia Christian Dalmau se repetían en el pasillo rumbo a los camerinos del coliseo Rubén Rodríguez de Bayamón.
“Este no es el punto final”, le gritaban a Dalmau parte del personal de los Vaqueros, mientras El Nuevo Día le preguntaba al armador de 41 años sobre la conclusión de su exitosa carrera el pasado lunes, luego que Bayamón terminara eliminado en los cuartos de final del Baloncesto Superior Nacional a manos de los Cariduros de Fajardo.
Incluso, el base de los Cariduros Carlos Arroyo tampoco cree en las declaraciones de retiro de su excompañero de la Selección Nacional.
“Tú viste cómo jugó en la serie. Todavía creo que le queda una temporada más”, expresó Arroyo.
Sin embargo, aunque la tentación para volver es latente, la decisión de Dalmau de colgar los tenis después de 24 temporadas, por el momento, se mantiene.
“Hay muchas personas y jugadores que me han dicho que me quede, que todavía siga jugando. El mismo Carlos, Larry (Ayuso), que todavía estoy en condición. Pero ahora mismo yo tomé una decisión y una de las cosas que quería hacer cuando me retirara era estar a este nivel. Ahora es cuestión de ir a casa y pensar. Puede que cambie de opinión o no, pero ahora mismo no estoy pensando en eso”, dijo Dalmau.
Aunque tuvo una temporada regular modesta con media de 6.9 puntos, el tres veces Jugador Más Valioso del BSN guardó sus últimos cartuchos para la serie contra Fajardo.
En cinco partidos, promedió 13.0 unidades con 3.7 asistencias. En varios de los encuentros, superó los 20 puntos como titular.
“Uno escucha a los grandes (como Carlos y Larry), que te hablan de corazón, y pues ahora es cuestión de descansar y analizar, hablar con la gerencia vaquera. Si se puede un año más bien, sino pues me retiro. Gracias a Dios pude jugar una temporada entera y ahora es descansar”, sostuvo.
Dalmau terminó su carrera con 10,570 puntos, undécimo en la historia del BSN en sobrepasar los 10,000 unidades, para un promedio de 16.5. Además, repartió 2,931 asistencias y acumuló 1,161 canastos de tres puntos.
Editado.
Fuente: El Nuevo Día – 12 de julio de 2017