Un boricua fungirá como asistente de los Hornets de Charlotte en la NBA.
Jason Hernández es el primer puertorriqueño que forma parte de un cuerpo técnico de un conjunto en la liga enebeísta.
Jason, aquí mientras dirigía este año en la Liga de Verano de la NBA con Charlotte, es hijo del exjugador Richie Hernández.
Un cuadro con una réplica de la camisa del uniforme que utilizaron los Vaqueros de Bayamón en la temporada de 1983 adorna una de las oficinas de la organización de los Hornets de Charlotte en la NBA.
La oficina le pertenece a uno de los asistentes técnicos de los Hornets, el boricua Jason Hernández, quien enmarcó la camisa que utilizó cuando era niño y se desempeñaba como mascota de los Vaqueros, equipo en el que militaba su padre, Richie Hernández, exjugador de Bayamón y de los Leones de Ponce en las décadas de 1970 y el 1980 en el Baloncesto Superior Nacional (BSN).
Nacido en Nueva York y de abuelos oriundos de Río Piedras, Hernández, quien también vio acción como jugador en el BSN, es el primer puertorriqueño en alcanzar una posición como asistente de un equipo en la historia de la NBA.
Su debut llegó en la parte final de la temporada 2014-15 con el Magic de Orlando, cuando el técnico Jacque Vaughn fue despedido y el entonces asistente principal, James Borrego, lo reemplazó en la dirección y nombró a Hernández, quien trabajaba en el desarrollo de jugadores, como asistente, puesto que no volvería a ocupar a tiempo completo hasta las campañas 2016-17 y 2017-19, bajo Frank Vogel.
Cuando los Hornets nombraron a Borrego como mentor en propiedad para esta próxima temporada, el piloto, de padres mexicanos, reclutó a Hernández como uno de sus principales ayudantes, además de estar a cargo del departamento de desarrollo de jugadores. Hernández, de paso, tuvo la oportunidad de dirigir al equipo en la Liga de Verano de Las Vegas en julio pasado. En Charlotte, el exbase de la Universidad de Hofstra también trabajará muy de cerca con su propietario, el legendario jugador Michael Jordan.
Hernández, de 40 años, jugó tres temporadas en el BSN, la última de ellas en el 2004 con los Toritos de Cayey. Posteriormente fundó un programa de entrenamiento para el desarrollo de jugadores aficionados y profesionales en Nueva York, llamado “Pro Hoops”. A través de esta plataforma, Hernández fue recomendado para unirse a el Magic en 2014 para trabajar en el desarrollo de jugadores.
Hoy día, Hernández confiesa que las experiencias vividas en el BSN en su niñez y juventud como jugador, sirvieron de base en su desarrollo como entrenador y ahora asistente. Sobre su deseo de regresar en un futuro al país a trabajar en el BSN o en el Equipo Nacional, Hernández conversó con El Nuevo Día.
¿Cuáles son tus raíces puertorriqueñas?
—Mis abuelos son oriundos de Sabana Llana, en Río Piedras.
Antes de que jugaras en el BSN, tu progenitor participó en la liga. ¿Acompañabas a tu padre a los juegos cuando pequeño, qué recuerdos tienes de la liga?
—Fui mascota de los Vaqueros de Bayamón durante los años de 1981 a 1984. En el 1982, Bayamón fue el campeón. Los juegos eran bien competitivos y pude ver a grandes jugadores como “Quijote” (Morales), Georgie Torres, Ángelo Cruz y Michael Vicens, entre otros grandes jugadores de esa época. Tengo la camiseta de los Vaqueros, que hoy día está en un cuadro en mi oficina de los Hornets de Charlotte. Tengo buenas memorias de mi tiempo en Puerto Rico.
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Fuente: endi.com