Javier Báez: “Quiero tener mi Guante de Oro”

El puertorriqueño Javier Báez siempre estará disponible para contribuir en la posición que lo necesite su equipo de los Cachorros de Chicago. Sin embargo, tampoco oculta su deseo de obtener su primer Guante de Oro, para lo que necesitará estabilidad en algún espacio del cuadro interior.

Báez, que viene de un 2018 en el que figuró como finalista para el Guante de Oro en la intermedia y para el premio de Más Valioso de la Liga Nacional, se estableció como un jugador de vital importancia en la alineación de su dirigente Joe Maddon, gracias a su versatilidad.

El bayamonés, pieza clave de los Cachorros en el 2016 cuando obtuvieron su primer título de campeones de la Serie Mundial en 108 años, se desempeñó mayormente en la segunda base en la pasada campaña. Pero también jugó en el resto de las posiciones del cuadro interior.

“No me molesta jugar diferentes posiciones”, afirmó Báez en entrevista con El Nuevo Día, mientras participaba en el pasado fin de semana en un torneo benéfico de golf en Dorado.

“Van tres años con lo del Guante de Oro, que no lo he podido obtener por las múltiples posiciones que he jugado. Me gustaría tener mi posición fija, y cuando me necesiten en otras posiciones, hacer el trabajo que el equipo necesita. Pero de verdad que quiero tener ya mi Guante de Oro”, agregó Báez.

Báez apareció en 104 partidos en segunda base, 65 en el campocorto, 22 en tercera base y uno en primera base. En múltiples ocasiones jugó más de una posición.

Sin embargo, ese “cambia y cambia” a la defensa no le afectó en su producción ofensiva. Báez no solo participó en más juegos con relación a sus temporadas anteriores —la de 2018 fue su tercera completa en cinco años en las Mayores—, sino que también incrementó espectacularmente sus estadísticas.

Sólida campaña

Eso resultó en que terminara segundo en la votación para el premio de Más Valioso de la Liga Nacional, después de encabezar su circuito con 111 carreras impulsadas, además de mejorar sus números personales en cuadrangulares (34), promedio de bateo (.290), anotadas (101), hits (176), dobles (40), triples (9) y bases robadas (21).

“Me siento orgulloso de la temporada que tuve y también de lo que estoy haciendo en este momento, porque estoy entrenando fuerte. Obviamente, espero tener mejores números para el año que viene”, expresó Báez.

En fin, fue un progreso extraordinario, considerando que superó con creces también sus estadísticas personales de porcentaje en base, slugging y total de bases. En otras palabras, Báez fue mejor en 2018 en todos los renglones.

Y pensar que un año después de su debut en Grandes Ligas en 2014, fue bajado de nuevo a Triple A al inicio de 2015, y solo jugó con el equipo grande en 28 partidos esa temporada. Pero, a partir de 2016, comenzó su camino ascendente. No solo tuvo su primera temporada completa, sino que contribuyó al equipo en ruta a la conquista del título en la Serie Mundial, consiguiendo antes el premio de Jugador Más Valioso de la Serie de Campeonato de la Liga Nacional (compartido con Jon Lester).

En 2017 mejoró todos sus números personales, y nuevamente este año no solo volvió a superar su demostración en el terreno, sino que además obtuvo su primer galardón individual como el Bate de Plata anunciado el mes pasado. Aparte de eso, a mediados de campaña fue a su primer Juego de Estrellas.

Contrato millonario

Por todo esto y más, es que Báez siente que ya merece una oportunidad en una posición fija, sin dejar de pensar en el colectivo de los Cachorros.

Y si algo tiene claro Báez, es que previo a la temporada 2019 su valor aumentará ahora que encara por primera vez el proceso de arbitraje salarial. Él prefiere no hablar de cifras de dinero, pero sabe que su actuación en 2018 lo tiene en una buena posición para lo que será su primer salario multimillonario.

Báez, quien devengó un salario de $657,000 en 2018, tiene proyectado —según los reportes de prensa— ganar unos $7.1 millones en 2019. El jugador, uno de ocho en las filas de los Cachorros que irá a arbitraje a inicios de este próximo año, no reveló a cuánto aspiran él ni su agente.

Según dicta el proceso, el jugador debe informar al equipo cuánto aspira a ganar, y la gerencia del club hace su oferta. Si no llegan a un acuerdo, entonces se asigna el caso a un mediador para la vista de arbitraje.

“Pues, es algo de muchos nervios y de muchas emociones”, dijo sobre el arbitraje, cuyo plazo para intercambio de cifras entre el equipo y el jugador vence el 11 de enero. “Pero para eso tenemos nuestra agencia, que son los que nos mantienen alerta de todo. Que sea lo que papito Dios quiera. Sé que con el año que tuve y lo que he hecho anteriormente, me va a aportar para lo que viene después de este año, y seguiré luchando para trabajar mejor”, apuntó.

Feliz con su rol de padre

El 2018 fue uno de buenas noticias para el polifacético jugador, que no solo tuvo éxito como profesional del deporte, sino también en su plano personal, pues él y su pareja Irmarie Márquez tuvieron su primer hijo el 29 de junio.

“Estoy superemocionado con mi familia, con mi hijo ahora. El cambio ha sido del cielo a la tierra, y estoy disfrutando al máximo. Me han visto por ahí con el nene y me dicen que me veo bien chulo con el nene, como papá. Uno no cambia nada por su hijo. He aprendido muchas cosas sobre ser papá y sobre madurar en la vida”, expresó.

No obstante, explicó que la mayor seriedad con que ha abordado su preparación en el tiempo muerto, se debe a la madurez.

“Obviamente la edad te va diciendo cómo trabaja tu cuerpo, y creo que ya estaba en el límite de empezar a entrenar y mantenerme en forma para tener una temporada mejor, y más fuerte que el año pasado”.

Báez lleva ya varias semanas ejercitándose en el área metropolitana junto a otras figuras boricuas del béisbol de Grandes Ligas, incluyendo al lanzador de los Mellizos de Minnesota, José Orlando Berríos.

Editado.

Fuente: El Nuevo Día / 12 de diciembre 2018

Deja un comentario