Jesús «Motora» Feliciano, Un Obrero Del Béisbol

Jesús «Motora» Feliciano ha sido un obrero del béisbol durante toda su vida. Uno de los mejores lanzadores puertorriqueños que ha tenido el béisbol aficionado. Feliciano ha sido pelotero, coach, dirigente y líder recreativo con una experiencia que abarca más de 4 décadas. Ganador de 122 partidos en la pelota dominguera y medallista olímpico, son solo algunos detalles de la vida de esta leyenda del béisbol boricua.

De niño, Feliciano jugaba con pelotas de goma, hasta que a la edad de 10 años formó parte de un equipo organizado por un vecino, Euladislao Morales, quien fuera su primer dirigente en Bayamón.

Debutó en el béisbol Doble A en 1974 con el equipo de Bayamón, tirando solo tres entradas durante toda la temporada. El próximo año es enviado a Humacao en forma de préstamo, donde compiló un récord de 6 y 3, para que Bayamón lo reclamara de vuelta.

No pudo ser campeón en la Doble A, pero conquisto 3 subcampeonatos. En el séptimo juego del campeonato de 1988, lanzó 10 y 2/3 de entradas en cero contra el equipo de Juncos.

Feliciano era un lanzador del lado prohibido, contaba con una recta que alcanzaba las 85 millas por hora y una curva sobresaliente. Más tarde incluyó una bola de tenedor (screwball), el cual se convirtió su mejor lanzamiento. La habilidad de mezclar sus lanzamientos lo hizo meritorio de representar a Puerto Rico por 16 años. Durante su carrera internacional le ganó a Estados Unidos en los Panamericanos de 1979 y fue abanderado de la delegación puertorriqueña en Seoul 1988, conquistando el bronce olímpico. En su carrera internacional de 16 años, ganó tres platas y cinco bronces.

Motora ha trabajado por más de 39 años en el municipio de Bayamón. Ha dirigido en el béisbol aficionado las franquicias de Barranquitas, Bayamón, Comerío, Florida, Patillas y Aguada. Un líder que siempre está dispuesto a dar la mano. Es miembro activo de la iglesia Discípulos de Cristo y sigue impartiendo conocimiento dirigiendo peloteros adolescentes en su tiempo libre.

A continuación, un Q&A con Jesús «Motora» Feliciano

¿De dónde salió el apodo de Motora?

Había una mujer árbitro de béisbol y jugadora de softball de nombre Calíxta Marrero. De muchacho yo era rápido, ella me vio corriendo y dijo “Mira como corre, parece una motorita”. Todo el mundo me lo empezó a decir y me quede Motora.

¿Qué recuerdos tienes de los campeonatos obtenidos en la Coliceba?

Teníamos tremendos equipos, eran como selecciones por el talento que teníamos, pero no ganábamos. Pudimos lograrlo en las postrimerías de mi carrera.  Tony Vallescorbo fue el dirigente, con un equipo de menos calidad, una combinación de jugadores jóvenes y veteranos pudimos ganar.

¿Cuánto llegó a ganar jugando pelota en Puerto Rico?

De novato, mi dieta era de $7.50 el doble juego, al final llegue a ganar $125.  Para mi tiempo uno esperaba “la gorrita”, esos pesitos extra, a lo último motivaba al jugador.

¿Qué memorias tiene como jugador de la selección nacional de Puerto Rico?

Posiblemente el juego que más atesoro en mi carrera fue cuando le ganamos a Estados Unidos en los Panamericanos de 1979.  Mi hijo, Motorita, acababa de nacer. Vencimos a USA 4 a 2 en el Juan Ramón Loubriel de Bayamón. Tiré el juego completo. El Gallo Rodríguez la sacó con las bases llenas. El equipo de Estados Unidos contaba con Terry Francona, Mike Gallego y Paul Zuvela. Francona fue el mejor bateador del torneo y lo ponché tres veces.

Otro momento muy especial fue cuando fui abanderado de las Olimpiadas de 1988. En ese torneo blanqueé al anfitrión (Corea) y conquistamos el bronce olímpico.

¿Qué consejo tiene para los padres que tienen a sus hijos en las pequeñas ligas?

Que dejen que los muchachos se diviertan. Que no se obsesionen, que den el ejemplo a la hora seguir instrucciones. El juego es un vehículo donde se aprende disciplina y cómo compartir con otros seres humanos.

Editado.

Fuente: conlasbasesllenas.com / 17 de febrero de 2020

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