Los gemelos Ibrahim Jemuel e Isaac Jemuel Cruz Nieves sabían que su brillante capacidad intelectual los llevaría rápido a la universidad. Sin embargo, jamás pensaron que esto sucedería tan prematuro.
Los hermanos de 13 años, residentes de Bayamón y registrados en el Instituto de Investigación y Desarrollo para Estudiantes Dotados, fueron admitidos el mes pasado en el recinto de la Universidad Interamericana que ubica en ese pueblo.
Ibrahim estudia un bachillerato en Biotecnología con la meta de ser dentista, mientras que Isaac cursa un bachillerato en Ciencias de Computadoras para ser especialista en Seguridad Cibernética. Ambos culminaron con cuatro puntos su fase escolar gracias al esfuerzo de sus padres Vilmarys Nieves Cruz y Jemuel Cruz Cruz.
Vilmarys comenzó a educarlos en casa desde el cuarto grado en modalidad acelerada tras múltiples tropiezos con el sistema público de enseñanza. Los progenitores no dieron con los servicios adecuados para los gemelos fraternos, pues además de sus altas capacidades intelectuales, Isaac tiene discapacidad auditiva sensorineural, explicó su mamá.
Después de tres años, Vilmarys logró dejar su empleo y dedicarse completamente al homeschooling. Al completar dos grados por año académico, finalmente la vida universitaria arrancó este 2021.
“Me sentí bien porque yo me imaginaba que iba a entrar a la universidad más temprano de lo ordinario, pero no esperaba que fuera tan temprano. Cuando me admitieron me sentí feliz y no quise esperar para empezar. Mi mamá propuso que fuese en agosto y yo le dije: ‘no ma’, para qué esperar otro semestre, qué voy a hacer ese semestre aquí. ¡Empecemos!’”, relató un simpático Isaac sobre su ingreso a la universidad.
El adolescente, además, resaltó la ayuda que recibe de sus profesores. “Cada vez que tengo una duda me ayudan, me preguntan si escuché y si no lo hice repiten la oración para entender lo que están diciendo y hasta ahora sigo con buenas notas”, contó.
Ibrahim también va por buen camino en la universidad. Con esta nueva etapa dijo sentirse como pez en el agua.
“La verdad es que yo estaba súper tranquilo como si fuera algo normal de todos los días. No me sentía algo nervioso, pero mamá sí porque obviamente es nuestra madre, se preocupa por nuestra salud y no sabía cómo era esto. Ha sido de bendición la educación que mi mamá me ha dado en estos años. La quiero mucho al igual que a mi papá”, afianzó agradecido.
La familia ahora anhela que esta extraordinaria historia sirva de ejemplo y dé comienzo a una transformación en el gobierno para que estudiantes como Isaac e Ibrahim puedan recibir una educación a su medida.
Vilmarys y su esposo tampoco pierden la confianza de hallar una organización sin fines de lucro que les brinde una mano para la condición auditiva de Isaac, pues por su edad aún no es elegible para solicitar los beneficios de la Administración de Rehabilitación Vocacional, que es a partir de los 16 años.
“Nos sentamos con ellos y les explicamos cómo su testimonio puede ayudar a otros jóvenes y ellos decidieron que sí”, indicó Vilmarys acerca de la decisión que tomaron para compartir sus vivencias.
“Otra de las razones es concientizar a las agencias gubernamentales, como por ejemplo Rehabilitación Vocacional. En el caso de mi hijo con discapacidad auditiva, las leyes se pueden enmendar, porque ellos dicen que no evalúan al estudiante por ser dotado, sino por la discapacidad. Ellos tienen que entender que los que llegan a la universidad a esta edad es porque tienen algo de dotación. La discapacidad sigue estando ahí, entonces en algún momento tendrán que enmendar la ley”, sostuvo esperanzada.
Fuente: primerahora.com / 25 de febrero de 2021