Para algunos integrantes del equipo de Puerto Rico en el Clásico Mundial de Béisbol la oportunidad de demostrar su excelencia sobre el terreno frente a sus familiares en un torneo internacional y usando una camiseta con el nombre de su patria en el pecho es un sueño hecho realidad.
Uno de esos es el bayamonés Javier Báez, quien tiene a varios familiares, incluyendo a su madre, acompañándoles durante este certamen. Pero además de ellos, aunque no está físicamente, su hermana Noely Báez está más presente que nunca.
Noely, quien era paciente de espina bífida, falleció el 8 de abril de 2015 a la edad de 21 años a causa de complicaciones de salud.
Noely fue una de las principales inspiraciones de Báez y, de hasta de cierta forma, una de las razones para que éste se desarrollara en el béisbol hasta llegar a las Grandes Ligas, pues buscando mejores servicios médicos para ella fue que su familia se mudó a Estados Unidos, a donde él llegó de adolescente.
“Ella está representada aquí. Siempre la llevo conmigo en mi corazón y en mi mente, al igual que a mi padre”, manifestó Báez.
Tras su fallecimiento, Báez agregó a su colección de tatuajes el rostro de Noely en un hombro con las palabras “Mi Ángel” rodeada por palomas.
Y en un ‘ángel’, precisamente, se ha convertido la hermana para el infielder de los Cachorros de Chicago.
“Siempre antes de los juegos hablo con Dios y con ellos (su padre y su hermana), para que me den mucha salud, que es lo más importante, y obviamente que nadie salga lesionado en el terreno de juego y que todos lleguen a sus casas sanos y salvos”, confesó.
Y con esas bendiciones, Báez ha tenido unos últimos meses de ensueño.
Primero pasó a la postemporada con los Cachorros de Chicago, quienes eventualmente llegaron a la Serie Mundial y a quienes ayudó a ganar su primera corona en más de un siglo.
Su actuación durante toda la postemporada fue sobresaliente y lo puso en el foco de los medios.
Fue nombrado Jugador Más Valioso de la Serie de Campeonato de la Liga Nacional junto con el veterano lanzador Jon Lester. Buenos números
Luego de las celebraciones del cetro en Chicago, se tomó un descanso durante la época invernal y ahora está en su primer Clásico Mundial de Béisbol, cuando viene de batear para .357 con cinco hits en 14 turnos en los primeros tres juegos en Guadalajara. También sacudió un jonrón y remolcó cinco carreras. Aunque algunos peloteros en ocasiones utilizan frases escritas en las zapatillas, en sus guantes o en otras partes de su vestimenta recordando a seres queridos, Báez dijo que en esta ocasión no lo ha hecho.
“Esta vez no estoy usando nada que me la recuerde. Yo siempre he sido súper apegado a ella y ella a mí, así que llevo una bonita experiencia con ella en mi corazón y pues… súper emocionado con lo que está pasando en mi vida ahora mismo y dándole gracias a Dios”, finalizó el bayamonés.
Fuente: Primera Hora / 15 de marzo de 2017
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